Durante los años 60 y 70, el Asesino del Zodiaco cometió una serie de asesinatos en el área de la Bahía de San Francisco. Lo que hizo que este caso fuera tan intrigante fue la forma en que el asesino se burlaba de la policía y los medios de comunicación. Enviaba cartas codificadas a los periódicos locales, desafiando a las autoridades a descifrarlas. Estas cartas contenían pistas y amenazas, creando un aura de misterio en torno a su identidad.

A pesar de los esfuerzos de la policía y los investigadores privados, el Asesino del Zodiaco logró evadir la captura. A lo largo de los años, se presentaron numerosas teorías y sospechosos, pero ninguno de ellos pudo ser confirmado como el verdadero responsable de los crímenes.

Sin embargo, recientemente, un equipo de investigadores aficionados llamados "El Ejército del Zodiaco" hizo un avance significativo en el caso. Utilizando técnicas de análisis de ADN y genealogía genética, lograron vincular una muestra de ADN encontrada en una de las cartas del Asesino del Zodiaco con un hombre llamado Gary Francis Poste.

Poste, quien falleció en 2018, había sido investigado en el pasado como un posible sospechoso, pero nunca se le había relacionado definitivamente con los crímenes. Sin embargo, el análisis de ADN proporcionó una conexión sólida entre él y las pruebas encontradas en la escena del crimen.

Las autoridades, junto con el Ejército del Zodiaco, revisaron exhaustivamente la vida de Poste en busca de evidencias adicionales que respaldaran su participación en los asesinatos. Descubrieron que tenía un historial criminal previo y que había vivido en la zona durante el período en que se cometieron los crímenes del Asesino del Zodiaco. Además, los investigadores encontraron similitudes entre su caligrafía y las letras enviadas por el asesino.

El descubrimiento del asesino del Zodiaco representa un hito significativo en la historia de la justicia. Durante décadas, este enigma ha desconcertado a investigadores y ha cautivado al público. Ahora, finalmente, parece que se ha revelado la identidad del asesino, proporcionando un sentido de cierre a las víctimas y sus familias.