¿Se acerca el cumpleaños de tu mejor amigo o de tu pareja y no sabes qué regalarle? ¿Ya no se te ocurren más regalos que hacerles? ¿Por qué no creas una escape room casera para que se echen unas risas?
En Fox in a Box sabemos cómo hacer que una sala de escape sea la caña, así que os traemos ideas, consejos y pruebas para crear una sala de escape casera, barata, divertida e inolvidable. Tus amigos no se lo esperarán y, si además compráis un regalo al afortunado, podéis esconderlo en la última prueba del juego. ¿Listo para empezar?
Lo primero que toda gran sala de escape necesita es una buena historia. Tendrás que crear una historia interesante e intrigante que tenga sentido y que concuerde con el espacio del que dispones para “construir” tu juego. La historia que crees servirá para meter en el papel a los jugadores e, incluso, para preparar una pequeña actuación a modo de introducción. Pero la cosa no acaba ahí, puedes esconder a lo largo del juego fragmentos de historia en los que descubran más datos sobre el enigma que estén investigando.
El espacio en el que desarrollar el juego dependerá de lo que cada uno pueda conseguir, pero es recomendable utilizar todo el espacio disponible. Cualquier sitio puede ser un buen lugar en el que esconder cosas, colocar acertijos o preparar pruebas. Además, si tienes tiempo suficiente y no te importa invertir algo más de dinero, puedes decorar la estancia acorde con la historia que hayas creado. De esta manera, los jugadores experimentarán una mayor sensación de inmersión y la experiencia de juego mejorará exponencialmente. ¡Te toca usar la imaginación!
En toda sala de escape que se precie tiene que haber objetos escondidos: pequeñas piezas de un puzzle, llaves, objetos necesarios para llevar a cabo alguna prueba... Esconde todo bien. Algunas cosas deberán estar en sitios fáciles para que los jugadores las consigan encontrar pronto y sepan que todavía tienen que encontrar más. Pero no tengas miedo de poner unas cuantas cosas en sitios rebuscados y difíciles de ver. Suele ser muy común en las salas de escape profesionales que los jugadores vayan encontrando a lo largo del juego partes de una prueba que no podrán resolver hasta el final. Eso hace que piensen y que le den un par de vueltas extra al coco.
Tampoco se puede pensar en escape room sin pensar en candados. Estos pequeños artefactos tienen tantos amantes como detractores. La verdad es que hay muchísimos tipos diferentes de candados: direccionales, numéricos, de letras, de imán, de fecha... Tantos tipos diferentes dan lugar a multitud de posibles pruebas que crear para hacer pensar a los invitados. Colócalos en las cajas, cajones o puertas que puedas y esconde dentro objetos importantes que les sirvan para las siguientes pruebas. Eso te ayudará a crear cierta linealidad en el orden de las pruebas.
Otro elemento muy común en las salas de escape, que tampoco es difícil de implementar, son las pruebas relacionadas con la oscuridad. Puedes hacer que los jugadores entren a una estancia oscura en la que no funcione la luz hasta que descubran como encenderla. Que jueguen a oscuras durante todo el juego, solo pudiendo ayudarse de linternas u objetos similares. Incluso que la luz que tengan que encender sea una bombilla de luz negra que revele un mensaje escrito en las paredes con tinta invisible. Se trata de una prueba barata que puede resultar muy impactante.
¡Utiliza todos tus ases en la manga! No te dejes nada en la recámara, sobre todo en lo que a tecnología se refiere. Utilizar tecnología dentro de las salas de escape es algo relativamente nuevo, pero a todo el mundo le encanta y suele tratarse de pruebas más inesperadas que los candados. Evidentemente, no podrás instalar en tu casa todos los circuitos de las escape room profesionales, aunque seguro que tienes un ordenador, una televisión o un smartphone al que echarle mano. Haz que tengan que encenderlos, que descubran la contraseña de inicio, que descubran el patrón de la pantalla de bloqueo o pon información en los fondos de pantalla. Con la tecnología surgen muchas opciones, ¡échale imaginación!
También puedes tirar de pruebas más básicas, como objetos fuera de alcance que solo haya que ver, problemas matemáticos o textos encriptados que haya que traducir para poder entenderlos. Sin embargo, que sean pruebas más básicas no quiere decir que sean menos interesantes, entretenidas o menos necesarias. No todas las pruebas pueden tener un alto nivel de dificultad porque los jugadores se saturarían. Tiene que haber momentos más fáciles, en los que puedan avanzar más rápido, para que mantengan el nivel de energía durante todo el juego y para que nadie se sienta desplazado.
Por último, pero no por ello menos importante. Es imprescindible que tú, el Game Master que hará que todo funcione a la perfección, estés perfectamente organizado. Para ello, necesitarás un buen sistema de pistas con el que ayudar a tus jugadores: mensajes de móvil, papelitos por debajo de la puerta, videollamadas, walkie talkies... Lo que mejor se adapte a la temática de tu escape room casera. Tampoco te vendrá mal imprimir algunas pegatinas de no tocar y colocarlas en sitios estratégicos, como interruptores, para asegurarte de que no se pierda la atmósfera de la sala. Eso sí, asegúrate de no poner demasiadas pegatinas para no acabar, tu mismo, con el ambiente que tanto te ha costado crear.
Con todos estos consejos y pruebas podrás crear una sala de escape totalmente original e impresionar a tus amigo. Aunque, si ves que es demasiado trabajo, siempre podéis venir a jugar con nosotros en Fox in a Box. ¡Os estaremos esperando con los brazos abiertos!
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